domingo, 5 de diciembre de 2010

¿Qué es verdadero y qué es falso? ¿Lo que vemos a simple vista es verdadero? ¿Podemos confiar en lo que escuchamos? ¿En qué decidimos creer? ¿Es verdadero lo que se ve y falso lo que no se ve o al revés?
¿Alguna vez vieron a alguien hacer un papelón por lo que siente? ¿Alguna vez ocultaron lo que sienten por miedo al papelón?
Muchos se dejan llevar por las apariencias.Pero todos sabemos que las apariencias engañan, ¿no?
Es mucho más fácil dejarse llevar por las apariencias y vivir en la mentira.
No todo es lo que parece ni todo lo que brilla es oro, eso también deberían saberlo. Mucho brillo hay acá y muy poco oro. Algunos se terminan creyendo las apariencias y así viven. Aparentemente viven. Pero vivir de verdad es otra cosa, amar de verdad es otra cosa. Hay que saber
mirar muy bien para ver de verdad a la gente, para ver su esencia, y no su apariencia.
A veces el que parece un santo es un demonio, y el que parece un demonio es un santo.
A veces lo que brilla de verdad es una baratija y el oro, el oro de verdad, no brilla. Las apariencias nos logran engañar.
Lo esencial es invisible a los ojos, pero igual se ve. Hay que abrir los ojos para ver que la verdad no siempre es la apariencia.

Si alguna vez viste lluvia en un día soleado no te podes dejar engañar por las apariencias. 

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